Tentación. (Del lat. temptatĭo, -ōnis). f. Instigación o estímulo que induce el deseo de algo. || 2. Persona, cosa o circunstancia que la provoca. || 3. Rel. Solicitación al pecado inducida por el demonio. || caer alguien en la ~. fr. Dejarse vencer de ella.
A veces me detengo a pensar... y tal vez, me ponga difícil.
La Biblia RV 60, en el primer libro, narra el diálogo de Dios con Caín:
Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. Gn 4:7
Luego, en el último libro, Jesucristo habla:
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Ap 3:20.
¿Quién está llamando a la puerta de tu vida?
Las personas tenemos capacidad para elegir libre y responsablemente entre el bien y el mal, somos racionales por que Él nos creó así, capaces.
En las noticias observamos como en pocos días dos hombres de fe (Alberto Cutié - Tommy Moya) ven sus ministerios menoscabados por haber cedido ellos a la tentación. Ambos conocedores de la Palabra de Dios y ambos humanos.
Su situación interna debe ser delicada y no me interesa condenarlos, al contrario. Por otro lado, sus seguidores, sus familiares también experimentan la conmoción. No importa si católico-romanos o católico-evangélicos, para la tentación no hay religión válida. Su interés, si la personalizamos, es robar, matar y destruir a todo el sistema de valores que preserva la dignidad de la humanidad.
Vuelvo a la pregunta:
¿Quién está llamando a la puerta de tu vida?
En nuestros domicilios, negocios, templos, instalamos cerrojos, trabas y sistemas de alarmas para evitar los robos, los destrozos, las pérdidas. Se teme de los ladrones, se vive tras de rejas, blindados. Pero ¿Y qué de la vida, de los afectos? La mía, la suya, la nuestra...
Hace pocos días atrás leía el comentario de una sobreviviente de Auschwitz que decía: "Esto no nos pasó sólo a los judíos, le pasó al mundo". ¡Cuán cierto!
Lo que le pasó a estos varones de Dios, el católico-romano y al católico-evangélico, me pasa a mí, le pasa a usted, nos pasa a nosotros ¿Se da cuenta? ¿Nos comprendemos?
Hoy más que ayer debemos estar alertas, use su fe, use su razón, usted es humano y tiene capacidad para elegir libre y responsablemente. ¡Defendamos esa capacidad y no nos dejemos arrastrar por la sin razón! Hay un viejo dicho: "A río revuelto, ganancia de pescadores"
Con los valores desordenados y deslucidos, con los principios puestos al final ganan los traficantes de drogas, los pederastas, los violadores, los que denigran la preciosa humanidad que Dios creó.
Te pregunto:
¿Quién está llamando a la puerta de tu vida?
A veces me detengo a pensar... y tal vez, me ponga difícil.
La Biblia RV 60, en el primer libro, narra el diálogo de Dios con Caín:
Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. Gn 4:7
Luego, en el último libro, Jesucristo habla:
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Ap 3:20.
¿Quién está llamando a la puerta de tu vida?
Las personas tenemos capacidad para elegir libre y responsablemente entre el bien y el mal, somos racionales por que Él nos creó así, capaces.
En las noticias observamos como en pocos días dos hombres de fe (Alberto Cutié - Tommy Moya) ven sus ministerios menoscabados por haber cedido ellos a la tentación. Ambos conocedores de la Palabra de Dios y ambos humanos.
Su situación interna debe ser delicada y no me interesa condenarlos, al contrario. Por otro lado, sus seguidores, sus familiares también experimentan la conmoción. No importa si católico-romanos o católico-evangélicos, para la tentación no hay religión válida. Su interés, si la personalizamos, es robar, matar y destruir a todo el sistema de valores que preserva la dignidad de la humanidad.
La tentación es subversiva.
El desconocimiento o la ignorancia ha llevado muchas veces a parodiar la tentación, a tomarla en broma, ¡Que error! Es cosa seria, grave y mortal.Vuelvo a la pregunta:
¿Quién está llamando a la puerta de tu vida?
En nuestros domicilios, negocios, templos, instalamos cerrojos, trabas y sistemas de alarmas para evitar los robos, los destrozos, las pérdidas. Se teme de los ladrones, se vive tras de rejas, blindados. Pero ¿Y qué de la vida, de los afectos? La mía, la suya, la nuestra...
Hace pocos días atrás leía el comentario de una sobreviviente de Auschwitz que decía: "Esto no nos pasó sólo a los judíos, le pasó al mundo". ¡Cuán cierto!
Lo que le pasó a estos varones de Dios, el católico-romano y al católico-evangélico, me pasa a mí, le pasa a usted, nos pasa a nosotros ¿Se da cuenta? ¿Nos comprendemos?
Hoy más que ayer debemos estar alertas, use su fe, use su razón, usted es humano y tiene capacidad para elegir libre y responsablemente. ¡Defendamos esa capacidad y no nos dejemos arrastrar por la sin razón! Hay un viejo dicho: "A río revuelto, ganancia de pescadores"
Con los valores desordenados y deslucidos, con los principios puestos al final ganan los traficantes de drogas, los pederastas, los violadores, los que denigran la preciosa humanidad que Dios creó.
Te pregunto:
¿Quién está llamando a la puerta de tu vida?
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