Cuando Jesús quiere reafirmar ante sus seguidores que van a estar bien, que su futuro está asegurado, que no deben permitir ninguna perturbación en su corazón, él utiliza la metáfora de una boda. Ellos sabían exactamente a qué se refería. Mientras crecían, habían tenido ocasión de escuchar el discurso del novio, ya que todos habían participado en la celebración de numerosas bodas y, los que ya estaban casados, lo habían pronunciado ante sus novias.