En realidad, las familias perfectas no existen lo que si podemos hacer es construir una familia saludable. Como sabemos, todas las familias tienen desacuerdos, atraviesan por etapas difíciles, experimentan pérdidas y cambios, sus miembros maduran y sus necesidades se tornan distintas; lo que diferencia a las familias saludables de las poco funcionales es la forma en que enfrentan los conflictos, en que aceptan a las personas con sus diferencias, en su capacidad de amarse en momentos de adversidad, y sobre todo, son familias que tienen a Dios como centro de sus vidas.
Aquí te damos algunos consejos prácticos que puedes seguir para construir una familia saludable:
¡Conversemos!: Una comunicación adecuada es promover el diálogo, es decir comunicación entre los miembros de la familia, hacerlo mediante las estrategias adecuadas que se basen en la empatía, comprensión y afecto, de esta manera, nos acercamos al mundo interno del otro. Por el contrario, el sarcasmo, la ironía, la imposición, la descalificación y otros estilos inapropiados de comunicación fomentan temor, resentimiento y distanciamiento entre los miembros.
Límites: Las normas establecidas por los miembros de la familia, permiten fundar estos límites. Un límite claro es aquel que permite la adecuada comunicación entre los miembros de la familia, a la vez que resguarda y respeta la intimidad de cada uno. De esta manera, las figuras paternas deben llegar a un acuerdo sobre lo que está permitido y lo que no está permitido en el hogar, así como las consecuencias al desobedecer las normas establecidas.
Manifestar los sentimientos y emociones: Propiciar un espacio en el que se puedan manifestar libre y respetuosamente las emociones y sentimientos, tanto positivos como negativos, entre los miembros de la familia. Conversar sobre ello es muy saludable. De esta forma, se respeta el derecho que tiene el otro de sentir felicidad, amor, entusiasmo, enojo, tristeza, melancolía u otro sentimiento.
¡Te amo! : Ningún miembro de la familia tiene dudas del amor en la familia. En especial, los niños no tienen dudas de que sus padres y demás familiares se aman, porque muchas veces los han visto demostrarse el amor los unos a los otros. El amor se debe expresar abiertamente; los esposos a sus esposas y viceversa, los padres a sus hijos, los niños entre sí, y en general, los miembros de la familia entre sí.
¡Sentémonos y resolvamos juntos!: Confrontar de una forma abierta es hablar de ellos con franqueza y esforzarse para que sean resueltos. Es importante al hablar de un conflicto hacerlo en primera persona, de modo, que se estará manifestando lo que la situación representa para la persona y no se agredirá al otro. Es fundamental recordar que si una persona tiene una falla, se hace la crítica a la acción de la persona , mas no a la persona.
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