Al malvado lo atrapa su propia maldad, pero el justo puede cantar de alegría.
Prov 29:6
Nuestra sociedad se debate entre la vida y la muerte, aunque no siempre hay conflictos bélicos, ¿Por qué? ¿Quién gana?
Toda suerte de inmoralidad es permitida y legalizada, luego el llanto, la impotencia y el reclamo por la falta de justicia. Las transgresiones siempre terminan en vejaciones. ¿Quién resulta ganancioso?
La ganancia no es una cuestión exclusivamente monetaria, sino de calidad de vida individual, familiar y social. Entre la maldad y la piedad, elijo esta última, aunque se encuentre desvalorizada. Es la mejor inversión, tiene beneficios asegurados por la eternidad. En el corto plazo produce paz y alegría. ¿Quién gana? Gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento.
¿Quiere practicar un poco? Eche mano a la justicia, la misericordia y la fidelidad sin esperar nada a cambio. En poco tiempo comenzará a sentirse diferente y hallará cada vez más entusiasmo en hacerlo. No discuta con los necios, no pretenda hacerlos cambiar de opinión, nada obtendrá. Solamente siembre su piedad y continúe sin apartarse del Camino, al final encontrará la corona de la vida. Usted y los que le acompañen, habrán ganado.
Acompaño esta reflexión con una hermosa canción en inglés, pero subtitulada ¡Imperdible! Tomese su tiempo.
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