“El gran principio de la libertad religiosa es éste: solo Dios es Señor de la conciencia. A Él y solo a Él los hombres tendrán que dar cuenta” (E. Y. Mullins).
“Pero si no quieren servir al Señor, elijan hoy a quién van a servir: si a los dioses a los que sus antepasados servían a orillas del Éufrates, o a los dioses de los amorreos que viven en esta tierra. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor” (Jos 24:15 DHH).
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