Está cerquita el Día del Niño en nuestro país, aumentaron los precios de los juguetes justo cuando muchos se acuerdan de que los niños existen y hay que conciderarles especialmente. Entre tanto sus vidas se desarrollan los 364 días restantes del año. Concidere estas reflexiones de alguien a quien no conozco, un autor desconocido.
Si los niños viven con reproches, aprenden a condenar.
Si los niños viven con hostilidad, aprenden a ser agresivos.
Si los niños viven con miedo, aprenden a ser aprensivos.
Si los niños viven con lástima, aprenden a autocompadecerse.
Si los niños viven con ridículo, aprenden a ser tímidos.
Si los niños viven con celos, aprenden a sentir envidia.
Si los niños viven con vergüenza, aprenden a sentirse culpables.
Si los niños viven con ánimos, aprenden a confiar en si mismos.
Si los niños viven con tolerancia, aprenden a ser pacientes.
Si los niños viven con elogio, aprenden a apreciar a los demás.
Si los niños viven con aceptación, aprenden a amar.
Si los niños viven con aprobación, aprenden a valorarse.
Si los niños viven con reconocimiento, aprenden que es bueno tener una meta.
Si los niños viven con solidaridad, aprenden a ser generosos.
Si los niños viven con honestidad, aprenden lo que es la verdad.
Si los niños viven con ecuanimidad; aprenden que es la justicia.
Si los niños viven con amabilidad y consideración, aprenden a respetar a los demás.
Si los niños viven con seguridad, aprenden a tener fe en sí mismos a los demás.
Si los niños viven con afecto, aprenden que el mundo es un maravilloso lugar donde vivir.
Hagamos de la vida la mejor escuela para los niños y no se olvide que los niños de hoy serán los adultos de mañana...
Lc 18:16-17
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