“Lo que hemos oído y sabemos
y nuestros padres nos contaron,
no lo ocultaremos a nuestros hijos.
Con las generaciones futuras
alabaremos al Señor
y hablaremos de su poder y maravillas.
Dios estableció una ley para Jacob;
puso una norma de conducta en Israel,
y ordenó a nuestros antepasados
que la enseñaran a sus descendientes,
para que la conocieran
las generaciones futuras,
los hijos que habían de nacer,
y que ellos, a su vez,
la enseñaran a sus hijos;
para que tuvieran confianza en Dios
y no olvidaran lo que él había hecho;
para que obedecieran sus mandamientos”
y nuestros padres nos contaron,
no lo ocultaremos a nuestros hijos.
Con las generaciones futuras
alabaremos al Señor
y hablaremos de su poder y maravillas.
Dios estableció una ley para Jacob;
puso una norma de conducta en Israel,
y ordenó a nuestros antepasados
que la enseñaran a sus descendientes,
para que la conocieran
las generaciones futuras,
los hijos que habían de nacer,
y que ellos, a su vez,
la enseñaran a sus hijos;
para que tuvieran confianza en Dios
y no olvidaran lo que él había hecho;
para que obedecieran sus mandamientos”
(Salmo 78: 3-7, V.P.)
Menuda tarea la de ser padres ¿Verdad?
Más allá de lo que recibimos, es importantísimo enriquecer nuestra moral y espiritualidad para tener que darle a nuestro hijos ¿No le parece?
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