Algo como para pensar en la honra a los padres (Ex 20:12).
Un muchacho entró con paso firme en la joyería y pidió que le mostraran el mejor anillo de compromiso que hubiera. El joyero le presentó uno. La hermosa piedra, solitaria, brillaba como un diminuto sol resplandeciente.
El muchacho contempló el anillo y con una sonrisa lo aprobó.
Preguntó luego el precio y se dispuso a pagarlo.
-¿Se va a casar pronto? –le preguntó el joyero.
-No -respondió el muchacho-. Ni siquiera tengo novia.
La muda sorpresa del joyero divirtió al comprador.
-Es para mi mamá -dijo el muchacho-. Cuando yo iba a nacer estuvo sola, alguien le aconsejó que me matara antes que naciera, así se evitaría problemas. Pero ella se negó y me dio el don de la vida. Y tuvo muchos problemas. Muchos. Fue padre y madre para mi, y fue amiga y hermana, y fue mi maestra. Me hizo ser lo que soy. Ahora que puedo le compro este anillo de compromiso. Ella nunca tuvo uno. Yo se lo doy como promesa de que si ella hizo todo por mi, ahora yo haré todo por ella. Quizás después entregue otro anillo de compromiso. Pero será el segundo.
El joyero no dijo nada. Solamente ordenó a su cajera que hiciera al muchacho el descuento aquel que se hacía a nada más que a los clientes importantes.
El muchacho contempló el anillo y con una sonrisa lo aprobó.
Preguntó luego el precio y se dispuso a pagarlo.
-¿Se va a casar pronto? –le preguntó el joyero.
-No -respondió el muchacho-. Ni siquiera tengo novia.
La muda sorpresa del joyero divirtió al comprador.
-Es para mi mamá -dijo el muchacho-. Cuando yo iba a nacer estuvo sola, alguien le aconsejó que me matara antes que naciera, así se evitaría problemas. Pero ella se negó y me dio el don de la vida. Y tuvo muchos problemas. Muchos. Fue padre y madre para mi, y fue amiga y hermana, y fue mi maestra. Me hizo ser lo que soy. Ahora que puedo le compro este anillo de compromiso. Ella nunca tuvo uno. Yo se lo doy como promesa de que si ella hizo todo por mi, ahora yo haré todo por ella. Quizás después entregue otro anillo de compromiso. Pero será el segundo.
El joyero no dijo nada. Solamente ordenó a su cajera que hiciera al muchacho el descuento aquel que se hacía a nada más que a los clientes importantes.
Tomado de La Corriente del Espíritu.
vaya!!
ResponderEliminarGracias a Dios primero por la hermosa mujer y sierva del Señor que me dio por madre!
Así tambien debemos tener nuestro anillo de compromiso con Jesus, porque El dio su vida por nosotros y ahora nos toca dedicarle nuestra vida. En mi caso como mujer soltera, mi anillo de compromiso es para con El, porque mi tiempo, mis talentos y mis pensamientos estan consagrados a El. Es mi amigo, mi novio y mi esposo mientras me da uno de carne y hueso jeje
Que bonita historia de reflexión!!
Dios le bendiga!
Es una historia muy linda, que cada tanto releo. Gracias le doy a Dios por los padres que me dió, que decidieron tenerme y cuidarme y disciplinarme cuando era necesario.
ResponderEliminarMuy lindo el blog. Cada día mejor
Bendiciones
Sol
Es importante recordar que debemos honrar a nuestros padres ,por su entrega y amor hacia nosotros.
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